“…Es mejor actuar después de observar al enemigo y ver
cómo actúa, entonces podremos ser superiores a él con poco esfuerzo. La fuerza
interior se adquiere con la observación…”
(El goce de las pequeñas cosas)
El
fósforo, el agua, la tierra. La naturaleza. Esa naturaleza a la que tantas
veces por desgracia damos la espalda. El contexto geográfico.
Usos
y costumbres. Tradición. Cultivo, ocio, negocio. Todo sucede ahí. Y ahí es
precisamente dónde se mueven “algunas” personas, y dónde por alguna razón
“desconocida” se sucedieron “algunos”
extraños asuntos.
Las
montañas cargadas de crímenes en sus entrañas. Como una antigua maldición que
asola sólo “algunos” lugares concretos. Mapeados. Señalados con una cruz. Una
cruz o un cruce dónde las líneas rectas confluyen. Una intersección.
Es
allí dónde se suceden los crímenes extraños y anómalos. Abramos los ojos
entonces. Observemos.
“…
en el azud de Carcaixent, a dos kilómetros de Sumarcárcer, el cadáver maniatado de una chica de 27
años, Francisca I. G, vecina de Alcàsser…”
Carcaixent,
una población bañada por el Río Júcar situada entre Alberique y Alcira. A unos
20 kms de Tous. En esta comarca hay datos muy curiosos que nos retrotraen a
otros tiempos pasados. Una caja de sorpresas.
Refugio
de criminales de guerra exiliados. Nido de víboras.
“Detenido
en Valencia un ex policía de la dictadura argentina”
El fugitivo, quien era buscado por
hechos que se remontan al período comprendido entre septiembre de 1975 y
principios de 1977, en la ciudad de Neuquén, ubicada en la Patagonia argentina, se había instalado en Carcaixent
(Valencia) en 1992 junto a su familia,
donde habían adquirido la nacionalidad española, sin renunciar expresamente a
su nacionalidad argentina.
Aunque no se especificó la fecha de la
detención, fuentes policiales informaron que a Soza se le acusa de participar
en 18 casos de detención ilegal,
secuestro y torturas mientras ostentó el cargo de subcomisario de la
Policía Federal argentina y segundo jefe de la Delegación de Neuquén.
O
el misterioso asesinato de un general croata en el exilio, en ese mismo lugar, a finales de los años
sesenta. Dos cuchilladas en el cuello.
Al parecer los rumores hablaban de este asesinato en relación a otras muertes
violentas registradas en Europa en personalidades croatas exiliadas.
Pero
sin duda lo más intrigante era conocer el pasado oscuro de esta misteriosa personalidad
asesinada en Carcagente-Carcaixent. Conocido por sus vecinos como Vicente
García, en realidad se trataba de Wieko Lubarich. Alto, rubio, y fuerte, el
general Lubarich fue asesinado a golpes y acuchillado en la imprenta que
regentaba en el pueblo de Carcaixent.
También han existido macabras profanaciones de tumbas,
y extrañas mutilaciones de cadáveres en
el año 1984.
¿A que atienden este tipo de prácticas en esta zona? ¿Sectas, necromancia, ritualismo?.
O
vicarios pederastas:
La Guardia Civil ha imputado por un
presunto delito de tenencia y distribución de pornografía infantil a un
vicario de la parroquia XXXXXXXXXXX de la localidad valenciana de Algemesí
dentro de la operación 'Telémaco' contra la pederastia en Internet desarrollada
por el Instituto Armado.
Volviendo
de nuevo al elemento “agua”, al medio natural, a todos esos ríos, pozos,
molinos y acequias que configuraban la orografía de una zona concreta, donde ocurrían extraños
sucesos.
De
esta noticia ya recalcamos en su día, la extraña hipótesis del secuestro con
motivación “sexual” ¿porqué se apuntaba en esta dirección?.
El
cuerpo del joven, será encontrado en estado de putrefacción en el interior de
un extraño agujero o pozo profundo de muy estrechas dimensiones y de gran
profundidad. Tan sólo sesenta centímetros de ancho. Todo se achacó finalmente a
un “accidente”. Una trampa mortal. Sin embargo, los pastores parecen ser
excelentes conocedores del medio en el que se mueven con el ganado, y parecen
conocer muy bien todos los obstáculos o peligros que puedan acecharlos tanto a
ellos como al ganado que cuidan.
El
cuerpo del joven, además no aparece en cualquier sitio. Es encontrado en
LLombay. Sucedió en 1.979.
Alfarp
tan cercano a ese epicentro llamado Catadau-LLombay, dónde se entrecruzan historias
y distintos “asuntos” extraños conocidos por todos los que seguimos este tipo
de crímenes.
En
relación a las acequias de las que tantas veces hemos hablado últimamente,
hemos rastreado algunos casos “curiosos” y destacamos aquellos sumamente
extraños o con tintes de crimalidad –existen infinidad de casos de “accidentes”
o “ahogamientos” de menores y jóvenes en estas acequias valencianas-.
La
hija de un importante industrial, a la cual se pierde su rastro en un “azud”
del río Júcar. Año 1972. No existen noticias de que el cuerpo fuera recuperado. El mismo río en
el que aguas arriba, en otro “azud” en el año 1997 aparecerá una vecina de Alcásser muerta y maniatada.
Este
río y esta zona del mapa tienen demasiados hechos luctuosos que llegan hasta
nuestros días. Maniatadas, encadenados a lastres.
Un joven de Sueca
aparece muerto y encadenado a una bombona de butano en el río Júcar
En noviembre de 2007 apareció en similares circunstancias otro
joven muerto en el río Júcar entre Sueca
y Cullera. Tenía los pies encadenados a unos bloques de cemento.
Sueca-Valencia. De nuevo otra acequia, y otro extraño “caso”. Doble crimen.
Padre e hija aparecen en el fondo de una
acequia también maniatados. Año 1974.
Acequias y corrupción de menores. A veces ambos asuntos van unidos de las manos.
En
el año 88 una joven que se encontraba desaparecida es hallada en las
inmediaciones de una acequia de Algemesí. A raíz de este hallazgo se destapa un
turbio asunto de corrupción de menores. Una menor de 14
años era explotada sexualmente. Diez
“basuras humanas” serán detenidas por estos hechos. La oferta y la demanda. La “cruel
ley” con la que tantas veces nos hemos topado en este blog. Si pasaban cosas en
determinados lugares, es sencilla y llanamente porque había “gente sin escrúpulos”
que propiciaban que este tipo de aberraciones sucedieran.
Las
acequias parecen tener más importancia de la que pudiéramos creer como hemos
podido comprobar en otros post anteriores. Les invito a releer alguno de ellos para
ponerse en contexto. Parece como si fuera el medio “predilecto” para deshacerse de los
cuerpos.
Captación-Grabación.
Acequias.
La
red de redes de producción videográfica durante los años ochenta y noventa de
material pedófilo con menores estaba asentada en Valencia. Precisamente
grababan su aberrante material en estos lugares –acequias-, y además como podremos
comprobar aprovechaban estos mismos lugares para “captar” menores, además de
otras ubicaciones con adolescentes, como colegios o recreativos.
Siguiendo la estela de las redes de corrupción de menores, en Valencia, encontramos otros extraños casos. Si por algo se caracteriza la historia criminal de la Comunidad Valenciana en aquellos luctuosos años ochenta y noventa es por la proliferación de redes de corrupción de menores que discurre paralela muchas veces a hechos dramáticos. Posiblemente nada tengan que ver en estos casos criminales tan graves. Pero en el aire siempre flota la misma pregunta:
¿Puede
ser este un “elemento clave” para que se fraguaran otros "asuntos" de más calado en esta zona? ¿Explicaría esto el porqué en Valencia sucedieron cosas gravísimas, y no hubo casos "similares" en otras comunidades autónomas?
Ese caldo de cultivo, ese “contexto” social, era evidentemente proclive a que se produjeran “excesos” o “un ir más allá” de los límites establecidos, dentro de este aberrante mundillo –corrupción menores muchas veces sometidas a relaciones sadomasoquistas de extrema violencia o la grabación de determinado “material especialmente bizarro o aberrante” –zoofilia incluida- destinada a clientes especialmente depravados.
Si
vamos un poco más allá nos podemos llegar a preguntar:
¿Existía
demanda de prácticas extremas o brutales con menores inocentes o amateurs, o
con menores en riesgo de exclusión en estas zonas concretas?.
Ciertamente
existía una clientela sadomasoquista y hay constancia de agresiones salvajes a
menores que eran empleadas por alguna de estas numerosas redes para satisfacer
a esos clientes –Plaza Xúquer-. Pero tiene que existir "algo más" que supera con creces todos estos "ingredientes". Algo mucho más "retorcido", "sádico" y "despiadado". Algo sumamente oscuro.
Otro
ejemplo de entramado de menores como ya pudimos comprobar, es la red de Buñol
–con su “clan Burjassot” un grupo variopinto: un político, un empresario
de gasolineras, y un constructor,
clientes muy activos de esta red, -con predilección en orgías con menores en
chalets o pisos en los que se cruzaban apuestas-.
Una
red, la de Buñol, que tenía pisos-base en
lugares como Benicalap.
«...En
el piso de Benicalap se encontraba otra menor prostituída también
en Buñol: Rosana…”
Por
cierto esta menor era la “gancho” de la trama para engatusar a otras
adolescentes. Misma edad, mismo entorno.
“…Rosana era utilizada por los
cabecillas de la red como “cebo” para captar a otras adolescentes..”
El
piso de Benicalap, era parte fundamental en este entramado, no sólo porque en
él son detenidos los dos cabecillas con la menor, sino porque según relatan los
artículos de prensa, era la auténtica “base o centro de operaciones de esta red
de menores”, y el lugar dónde las niñas eran llevadas tras su captación, para
el ritual de “iniciación” en ese oscuro mundo. Violadas, e iniciadas en ese
truculento ambiente, del que jamás podían salir por su cuenta –amenazas con armas
de fuego, marcadas, simulaciones de ahorcamientos, fustigadas con látigos,
quemadas, golpeadas, etc. Las crías también eran captadas en discotecas. El lugar predilecto de las
adolescentes de esa época.
“…Un domingo por la tarde, conoce en una
céntrica discoteca de Valencia a Arturo C., que se muestra amable y solícito
con ella. Arturo le presenta a sus amigos
y la invita a una fiesta en el
piso de Benicalap. A los pocos días el grupo de proxenetas informa a la
niña sus verdaderas intenciones. Bibí se resiste y comienza entonces su
infiemo, junto a las otras jóvenes que ha conocido en el piso. Los proxenetas
las aterrorizan golpeándolas y
violándolas sistemáticamente en el inmueble. Los vecinos declararían
posteriormente que sólo escuchaban “grandes líos de fiestas”
Burjassot-Benicalap.
Dos lugares de dónde son oriundos los críos del caso Macastre. Los "tres de Macastre".
“…Los tres menores de Burjassot, Benimàmet y Benicalap desaparecieron el 14 de enero
de 1989 durante una excursión a Catadau…” (Caso Macastre)
Francisco Valeriano Flores Sánchez: 14
años original de Burjassot. Rosario
Gayete Moedra: 15 años natural de Benicalap
Precisamente en una acequia de Burjassot, se produce un fatídico suceso. Dos adolescentes desaparecen en extrañas circunstancias. La joven de 10 años fue encontrada muerta en una acequia. Eran vecinos de Benicalap.
Desaparecen cuándo van a dar un paseo en una “bicicleta”. Sólo se recuperó el cadáver de la cría de diez años en una acequia. Del adolescente de 14 años no existen más noticias. Su cuerpo entendemos que no fue recuperado. No hay tampoco noticias sobre la autopsia realizada. Todo un misterio.
El
lugar exacto dónde se produce este extraño suceso –como describe el siguiente
recorte de prensa- se llama acequia de Moncada del término municipal de
Burjassot. Un lugar, de nuevo, “marcado”
o visitado por la guadaña en demasiadas ocasiones. Una nueva intersección.
*el
artículo de prensa contiene una incorreción, cita que eran oriundos de Benicarló,
pero se refiere a Benicalap como
hemos podido comprobar en el anterior recorte de prensa.
Será en este mismo lugar -dónde aparece el cadáver de la niña “ahogada”, –acequia
de Moncada-, dónde tiene lugar un salvaje homicidio. Año 1988. Un año antes del Caso Macastre.
El
molino de Batán- Acequia de Moncada.
Todo está demasiado pegado. Conectado. A un paso. Y por lo que parece, aquí se cocieron demasiadas cosas extrañas.
Burjassot,
un lugar dónde han sucedido cosas realmente trágicas y misteriosas. Muchos de
ustedes recordarán también el caso de la hija pequeña del cónsul Belga
asesinada y violada. Fue en esta misma zona. El salvaje crimen de Verónica ocurrido
en septiembre de 1977, nunca fue resuelto.
Muy cerca de Benimamet, y de Burjassot, concretamente en Beniferri, aparecerá el martes 20 de julio de 1987, el cuerpo sin vida de una joven de veinte años de edad. La joven carecía de ropa interior. Vestida, pero sin ropa interior.
La muchacha asesinada era originaria de la localidad de Burjassot. Por estos hechos fue detenido un sospechoso un tiempo después. No hay constancia de que haya sido condenado por el crimen.
En
1987 es hallado el cadáver de una
mujer en un coche en Burjassot –crimen que continúa sin resolver y sobre el
cual no hay más datos-.
En
el año 1995 fue hallado otro cadáver, esta vez de un hombre –sin identificar-
con señales de violencia junto a una gasolinera de Beniferri. No hay más datos.
Pero sin duda uno de los más llamativos -crimen borrado o desaparecido de las hemerotecas de prensa- fue el crimen del Parc Camales en Benimámet ocurrido en el año 1988 –el lugar dónde se reunían los tres adolescentes del caso Macastre en esas mismas épocas-.
Una
joven llamada Yolanda, de 17 años de
edad, fue brutalmente asesinada de un
tiro de escopeta. Le destrozaron la cabeza, en el interior de una caseta de Benimamet –parc camales-.
Al parecer, la joven pasaba la noche en una caseta abandonada, refugio de toxicómanos y delincuentes. La
policía barajaba el ajuste de cuentas como móvil del crimen. La joven había
tenido problemas menores con la justicia por abandono del hogar
Caseta
abandonada, disparos en la cabeza, muchacha muy joven, en el mismo parque al
que acudían los tres jóvenes del Caso Macastre, apenas unos meses antes de
correr la misma suerte.
Alguien campaba a sus anchas en Valencia, asesinando mujeres muy jóvenes en aquellas épocas, con absoluta impunidad. Con una sangre fría endiablada. Ejecutando sin piedad.
Eran
las postrimerías de los años ochenta-noventa. Lo que vendría después, como
todos sabemos, todavía fue muchísimo peor...