A falta de estudios rigurosos sobre las causas que están detrás de la desaparición de menores en España, en los años “oscuros” –finales ochenta y principios noventa-, hemos tenido que recurrir a consultar la prensa de la época –“ABC”, “El País”, “La Vanguardia”, “El Periódico”- para tratar de arrojar algún dato objetivo o verificable sobre este tipo de asuntos.
Si nos centramos en las fechas inmediatas al Caso
Macastre -1989- observamos que existen fuentes estadísticas, que arrojan datos
muy preocupantes sobre las desapariciones de menores en la Comunidad Valenciana
y en otros puntos concretos del conjunto del Estado. Estadísticas realmente
sorprendentes que han pasado desapercibidas. Sin duda, nos vuelven a situar
ante la existencia de un “problema” de grandes dimensiones. Una incidencia
“anómala” respecto a otros territorios.
Observemos lo que nos dice el artículo de La
Vanguardia fechado en 1988.
6.000 desaparecidos durante el año 1987 en España.
“… La gran mayoría de ellos tienen menos de 18
años (para ser exactos, 1 .934 de las denuncias
presentadas en 1987 eran de menores de l6 años,
2.148 de menores de 18…”
Si hacemos unos simples cálculos; de esas 6.000 denuncias presentadas, 4.135 se correspondían a denuncias relativas
a menores de edad desaparecidos. Es
decir durante el año 1987 los menores vienen a representar casi el 70% del total de las denuncias
interpuestas por desaparición en el territorio nacional.
Llama la atención el fortísimo incremento en el
número de desapariciones ocurrido en Valencia en cuestión de un sólo año ( de 1986 a 1987 + 363 ) superando y desbancando a ciudades
con el doble de población, como es el caso de Barcelona –algo que también se ve
reflejado en la estadística por edades, en lo relativo a menores de 16 años-.
Unos datos muy llamativos.
Estas cifras eran quizás el preludio de unos años
que iban a ser especialmente trágicos. Y es que todo tiene un germen, por eso
es muy conveniente mirar atrás, para entender lo que luego sucederá.
A
continuación observaremos cifras relativas a Cataluña.
28 de enero de 1.993 –un día después de la aparición
de los cadáveres de las niñas de Alcásser en la fosa de la Romana- La Vanguardia cita lo siguiente:
“La oleada de trágicas desapariciones
desata la psicosis sobre la seguridad de los menores”
Las denuncias por
desapariciones domiciliarías de menores en Cataluña han ido en aumento desde 1989, año en el que se interpusieron
un total de 150; un año después se duplicó la cifra y la tendencia al alza continúa en aumento. Tras el trágico hallazgo de Alcacer, la policía teme
una oleada de denuncias
Sin duda el año 1992, fue un año marcado por este
tipo de sucesos sin una clara explicación. Tanto es así, que la proliferación
de casos de desapariciones de menores de edad,
asociados a un final trágico,
desatarán la alarma social.
El hecho de
que durante el año pasado -1992- hubiera en España reiterados raptos y asesinatos de niñas suscitó una gran
alarma entre los ciudadanos. El propio ministro del Interior, José Luis
Corcuera, no ocultó su preocupación.
Era para estar preocupados, observando noticias como
la del diario “El País” fechada a
finales de marzo de 1.993:
“Más de 300 niños y
jóvenes desaparecidos durante año 1992 continúan en paradero desconocido”
A día de hoy se echa de menos un estudio riguroso
sobre las estadísticas de aquellas fechas, y un conocimiento de los casos sin resolver “acumulados” desde entonces.
Sin duda la pregunta que todos nos hacemos es el
porqué, para qué y a dónde iban esos menores.
Motivaciones y causas presentes en las
desapariciones de menores (entrevista e informe del diario La Vanguardia año 1.988)
Si bien el comienzo de la entrevista, invitaba al optimismo, la
realidad sería bien distinta en los años siguientes.
Los motivos
para “desaparecer”, explicaba, el entonces comisario jefe del servicio central
de la Policía Judicial, pueden ser múltiples, pero, en general, son mínimos*
los desaparecidos por asesinato o secuestro.
*Los años posteriores invertirán esta tendencia.
No hacía tampoco referencia a datos estadísticos sobre los menores que se
reincorporaban o reintegraban al hogar, ya que según este “la familia no acudía a retirar la denuncia”. De lo que se deduce
la existencia de una cifra negra o limbo estadístico, qué impedían conocer con
detalle las cifras reales del problema. Si no aparecía el cuerpo o mediaba
secuestro con una reclamación de pago por el menor, por lo que se describe, no
parecía que existiese un “seguimiento” detallado o exhaustivo de los casos. Detrás
de las cifras están las personas, a veces es algo que se nos olvida. Y cada
cifra es un caso, una tragedia, una familia sin respuesta.
La ley de las “dos semanas”
La policía de
todo el mundo tiene una máxima:
Niños fugados de casa y que
no aparecen a los quince días, riesgo de delincuencia juvenil; niñas fugadas de
casa y que tampoco aparecen a los 15 días, certeza de
prostitución infantil. Las
actividades de mafias de proxenetas están
detrás de la mayor parte de las desapariciones de menores.
Los Mossos
d'Esquadra han actuado contra redes de proxenetas que "compran" o
"alquilan" menores en Cataluña por cantidades que oscilan entre las
150.000 y las 180.000 pesetas. Pero, a pesar de la espectacularidad de tales
informaciones, aseguran fuentes policiales, no se puede decir que en Cataluña
haya más prostitución infantil, y por lo tanto más desapariciones, que en otras
zonas de España. "Esto es como el parchís: que te comes una y cuentas
veinte", asegura un policía.
Los que no se reintegraban al hogar después de una
escapada corta y voluntaria –dos semanas- , iban a parar a lugares poco
recomendables:
El oscuro futuro de los jóvenes desaparecidos en la
España a finales de los ochenta: Delincuencia, prostitución y sectas.
Dentro de
estas franjas de edades, suele ser habitual que los chicos entren rápidamente
en el mundo de la delincuencia, mientras que las chicas recurrirán al
trabajo de prostituta para sobrevivir.
Muchas de estas adolescentes desaparecidas eran
encontradas en manos de las redes de prostitución de menores (esta era la pista
que los investigadores parecían seguir en el Caso Macastre, concretamente para
la joven del grupo que continuaba desaparecida: Pilar)
Es significativo,
en este sentido, que de las 90 chicas menores cuya búsqueda fue ordenada
por el Tribunal Tutelar a los Mossos d’Esquadra el año pasado, la mayoría
fueran rescatadas del mundo de la prostitución
Otro de los grupos cada vez más importante es el de aquellos que deciden
abandonarlo todo para entrar en una secta.
“Estas
personas -sigue el comisario- son muy difíciles de encontrar. En primer lugar,
porque enclaustrarse en una secta no es
‘ilegal’, y ellos mismos se esconden bajo nombres de guerra o ‘alias.
Si trasladamos estos aspectos apuntados por los
encargados de investigar este tipo de casos, a investigaciones que se pueden considerar
inconclusas como sucede con el Caso Macastre, existen ciertas preguntas para las que no acabamos
de encontrar respuestas adecuadas:
Una de ellas es el
porqué los tres adolescentes, escogían de forma reiterada esta zona tan
concreta (Catadau-Turís-Fuente Cuerna) para pernoctar y establecerse allí por
espacio de días y semanas. ¿Qué había allí, -un lugar aparentemente inhóspito
para tres adolescentes-, que les hacía volver una y otra vez, sin medios, sin
dinero?
Hay
más cosas que llaman poderosamente la atención a algunos investigadores que han
tenido acceso al sumario.
La
extraña relación que mantenían los tres jóvenes. Como hemos visto anteriormente
los tres presentan caracteres muy distintos. Algunos de estos investigadores
apuntan además a la posible existencia de relaciones sexuales entre los tres
jóvenes. Algo que podría explicar que los tres fueran juntos de acampada. Se
trataría sin embargo de un tipo de relación “extraña” o anómala, por la edad de
las víctimas –adolescentes- y por la época en que discurre este caso, a finales
de los años ochenta. Una sexualidad demasiado “liberal” o desatada para la época,
propia de otro tipo de ambientes. Si le unimos la posible presencia en este caso de plantas
visionarias del tipo del beleño o similares, plantean también otros hipotéticos
escenarios o factores apuntados anteriormente por los expertos de este tipo de cuestiones.
Por ejemplo, un escenario de tipo sectario. Estas congregaciones, logias o movimientos de esa época, como veremos, utilizan este
tipo concreto de prácticas sexuales “abiertas”–todos con todos, y muy
frecuentemente con menores de edad implicados- además del uso de todo tipo de
drogas alucinógenas/visionarias como elementos de deshinibición o
desencadenantes en ese tipo de encuentros u orgías con un marcado carácter sexual y ritual.
También
existe la duda sobre el tipo de actividad que realizaban las dos menores del
grupo –a las que se veía acudir “a dedo” a otras poblaciones cercanas a
Catadau- sin ser acompañadas por Valeriano. ¿De qué vivían? ¿Cómo se procuraban
el sustento básico para establecerse allí tantos días o cómo adquirían esos tóxicos o drogas que supuestamente consumían sino portaban dinero, ni tenían ingresos procedentes de ningún trabajo? Son incógnitas que siguen sin resolver, y que sin duda podrían
resultar “claves” para desentrañar el caso.
Si
echamos una mirada atrás, regresamos a aquellos años concretos y repasamos ese contexto
“histórico” relativo a este tipo de actividades sectarias presentes en la
Comunidad Valenciana, observamos algunas cosas que pueden ser de interés:
Grupos
de lo más variopinto se instalan en la Comunidad Valenciana –el artículo de
prensa es del año 1987-. Desde logias satánicas hasta sectas religiosas
musulmanas. En medio un ramillete de congregaciones variopintas:
Amorc-Rosacruces, Niños de Dios, Gnósticos, etc… También se instalan las
denominadas Sociedades Teosóficas, con sus secciones “esotéricas”, Fraternidad Universal y logias, de la que
beberán muchas otras doctrinas.
Al
repasar la prensa de la época llama la atención como algunas de estas creencias
estaban especialmente “infiltradas”, incluso en las instituciones del Estado.
Es
el caso de una organización muy conocida. A finales de los años ochenta, actúa
en varios frentes –rehabilitación de toxicómanos: Narconon- y Dianética. Se
enfrenta a un proceso judicial por diversas causas penales: contra la salud pública, revelación de
secretos, y perturbación de la labor de las cortes, por supuestas amenazas a
una diputada que investigaba a este tipo de asociaciones.
Al parecer según la prensa, la Policía tenía
la convicción de que esta congregación tenía “topos” infiltrados en la propia
Administración del Estado entre “alguno” de sus miembros –judicatura, policía,
gobierno- y con ello obtenían acceso a
información sensible o “reservada”.
Pero
centrándonos en Valencia, y concretamente cerca de Macastre, podemos observar
algunos signos de actividades de este tipo:
El
mismo año del Caso Macastre, y a sólo unos 30 kilómetros de esta
misma localidad, se sitúa el poblado valenciano de Loriguilla. El 14 de
noviembre de 1989, salta una noticia al diario ABC relativa a un grupo de corte
satánico que celebraba sus rituales en el citado pueblo –abandonado-.
El
relato de un visitante de Loriguilla, también confirma la existencia de misas
negras en su iglesia y cementerios abandonados. Así como en el vecino pueblo de
Domeño.
“…Uno de los hombres, que parece algo
más mayor, nos cuenta que en esa iglesia se hicieron muchas misas negras cuando
el pueblo quedó en abandono. Aquello me
encoge el alma. Conversamos con los desconocidos acerca de Domeño, su
cementerio saqueado y la existencia de sectas cuyas celebraciones se realizaban
en lugares abandonados como aquel…”
Lorigilla y Domeño dos enclaves valencianos marcados por la presencia de extraños actos rituales. Lugares que sin duda, no dejan indiferente al visitante.
Se
dieron incluso casos en otro tipo de congregaciones sectarias, que acabaron con serios problemas judiciales, debido a actividades ilícitas, en muchos
casos como veremos a continuación vinculadas a la corrupción de menores.
Un tema especialmente preocupante, por la época y el lugar dónde se dan estos
hechos.
Una
de estas sectas -especialmente activa en Cataluña y en Valencia- era “Ceis”
( el denominado Centro esotérico de investigaciones).
Reclutaba
a sus adeptos entre personas que participaban en sus cursillos de psicología,
hipnotismo o cartomancia. Se anunciaban en la prensa diaria ofreciendo terapias
de todo tipo, especialmente problemas afectivos, de timidez y sexuales. También
se anunciaban en el campo del esoterismo (consultas del tarot, videncia,
magia, etc.)
Los
miembros de la secta Ceis vivían en diferentes comunidades, bajo el control de
los guías. La secta fomentaba las relaciones heterosexuales entre sus miembros
y la prostitución, según la acusación que se formuló ante el
juzgado de guardia. Hasta el punto ser una de sus principales fuentes de
financiación, un “negocio”: insertando anuncios en la Prensa llegando a
convertir la organización en una verdadera “agencia de relax”.
Prostitución, perversión de menores, y
consumo de LSD eran algunos de los
delitos que se le imputaban en los ochenta. Según citaba la fiscalía:
“…son obligados a mantener relaciones
sexuales incluso por sorteo, para posteriormente facilitar el paso a la
prostitución…” La fiscal continuaba
con su demoledor relato de los hechos … “trastornos
graves en el ámbito sexual que han sufrido los niños que estaban integrados en
la secta, y calificó de “tragedia” que algunas madres se hayan vanagloriado del
desvirgamiento de sus hijas en actos rituales que consideraban como una
“liberación”.
“…Un ex marido declaró a puerta cerrada
que su hija mayor, que entonces tenía 15 años, fue sometida a prácticas
sexuales por miembros de Ceis. La hija, al igual que otras dos hermanas
menores, convivieron durante un tiempo en una de las viviendas de la secta con
su madre…”
Algunas
de estas prácticas eran llevadas a cabo en el chalet que la organización
poseía en una suntuosa mansión de una urbanización de la localidad de Paterna-Valencia.
Un auténtico “santuario” de la organización:
La cúpula de la secta se situaba en una
gran mansión (valorada en unos cuatrocientos millones de pesetas de la época)
de la Urbanización Cumbres de S. Antonio, entre los términos de Paterna y
Bétera.´
Adolescentes,
fiestas, grabaciones con cámara ocultas de las “sesiones” sexuales.
Terapias de grupo en las que anima a su
gente a mantener relaciones promiscuas sin tener en cuenta el sexo de la
pareja. Estas prácticas se realizan en la mansión
Cumbres de S.Antonio y es, según ex-miembros de CEIS, "la mejor
manera de tener atados a los nuevos, ya que las
"sesiones" son grabadas en
vídeo con cámaras ocultas instaladas en las habitaciones.
"Vecinos de la urbanización
explicaron que los miembros de Ceis no causan problema alguno. Añadieron que,
en ocasiones, llegan autobuses con
adolescentes de ambos sexos, y que, hasta hace unos meses, se organizaban
fiestas en las que, incluso, se disparaban fuegos artificiales".
La
secta contaba con numerosos negocios de hostelería implantados en la Comunidad
Valenciana:
“…la secta disponía en la comunidad valenciana
de al menos dos restaurantes, un café-teatro, un número indeterminado de bares
y una tienda de antigüedades, además de varios automóviles de lujo.
“…el centro esotérico parece estar
vinculado a la explotación de una empresa de hostelería valenciana, y a un
hostal ubicado en una zona de la
ciudad conocida por albergar parte de la prostitución callejera…”
Finalmente
la secta será descabezada definitivamente –ya arrastraban varias detenciones
anteriores- en la localidad de Lorca-Murcia en el año 1994. En un chalet de esa
localidad es detenido Vicente L. alias “El Mago”, además de otros responsables
de la organización. Durante el operativo se incautan de material pornográfico y abundante dinero. La detención se llevó a
cabo tras la denuncia de dos ex adeptos valencianos de la localidad de
Jarafuel-Valencia.
A
principios de febrero del año 1993 –apenas pocos días después del hallazgo de
las tres niñas de Alcásser- salta a la prensa –diario ABC- una “extraña” e
interesante noticia, sobre la que no existe más recorrido, aparentemente.
Un
vecino de Sagunto-Valencia tildado por la prensa de reprimido y paranoico
denuncia la existencia de una “red sectaria” dedicada a la prostitución
infantil. Se investigó su existencia en distintas localidades de Valencia y
otras limítrofes. Curiosamente el único detenido fue el denunciante de los
hechos.
Sagunto,
por cierto es una localidad limítrofe con Puzol. Y Puzol está en el epicentro
de otros asuntos “de interés” como veremos en otras entradas.
Investigar ciertas actividades "oscuras" siempre lleva aparejado un riesgo nada desdeñable. El Padre
Prisciliano, sobre el que ya hemos hablado en otras ocasiones, un sacerdote experto
en sectas y creador de la fundación
Veritas en Valencia para el estudio de sectas destructivas, que estaba al frente de una parroquia de Gandía fue apuñalado por dos
individudos durante el transcurso de las investigaciones que realizaba.
“…Tanto la policía como el Arzobispado de Valencia
señalan que el vicario fue agredido por miembros de un grupo satánico al
intentar liberar a un hombre que le pidió ayuda hace varias semanas…"
Un
suceso extraño cargado de incógnitas y distintas versiones -para todos los
gustos-. Al parecer el párroco no facilitó
demasiados datos a los investigadores. Supuestamente trataría de proteger la
identidad de esa tercera persona que había solicitado su ayuda. Al tratarse de un grupo muy peligroso,
cualquier comentario acerca de su identidad podría tener consecuencias muy
graves para esta persona. De hecho el párroco había sufrido amenazas
anteriormente: pintadas en su casa, le habían destrozado el coche, pinchado las
ruedas, y dejado mensajes amenazantes en el contestador según señalaba el
Vicario episcopal.
Pero
¿Qué estaba investigando en realidad el Padre Prisciliano en la época en que fue atacado y
apuñalado?
El
Vicario episcopal de Valencia, relató a la prensa, ciertos datos muy
interesantes sobre alguno de los grupos que el sacerdote investigaba en los
meses previos a la agresión. De especial interés,
además de las secta de corte satánico, uno de los grupos que investigaba:
dedicado al “tráfico sexual de
niños”.
Este asunto según se detalla en la prensa, lo siguieron
con especial atención los servicios secretos del estado.
El padre Priscilio, había sido agredido en la
localidad de Xeraco-Valencia.
Precisamente en esa misma localidad, se suceden unos
hechos que se remontan a 1994 un monstruoso caso dónde se conjugan todos estos
ingredientes “sectarios” –creencias diabólicas y abusos sexuales continuados-.
Una niña de tan sólo ocho años, fue abusada durante años en un “bar” que
regentaba la familia. A la menor, a la
cual decían que estaba “poseída” y que “el diablo se había hecho fuerte en su
cuerpo” la sometieron a todo tipo de abusos sexuales durante un largo periodo
de tiempo. Orgías, que eran grabadas y fotografiadas. Penetraciones
“rituales” -según cita textualmente la prensa-, aliñadas con drogas y alcohol.
La pequeña que trabajaba en el bar, sufrió un auténtico infierno, y fue abusada
de forma reiterada.
Existen otros casos muy llamativos como el del niño
de Sueca-Valencia, que después de desaparecer en marzo de 1.986 de esta
localidad valenciana, con tan sólo 12 años de edad, y tras estar durante dos largos años
desaparecido, reaparece en marzo de 1.988, en su domicilio, sólo y hablando en
italiano.
La Guardia Civil solicitó la colaboración de
Interpol en este extraño asunto.
Se realizaron pesquisas en Italia, y se pudo llegar
a saber, que el pequeño había estado residiendo en las inmediaciones de Roma, en una caravana, con otro hombre también
de origen español. Sin embargo no existían datos que permitieran identificar al
adulto ni al vehículo, debido al tiempo transcurrido desde que habían sido vistos. Al parecer este
individuo se dedicaba a recorrer Europa,
con dicha caravana y trabajaba
esporádicamente como “pintor de
murales”
También se pudo saber que el pequeño vivió durante
una larga temporada en una casa de alta montaña en Italia –se llegó a hablar
también de un cantón Suizo dónde se habla italiano-, dónde al parecer estuvo
retenido, mientras el hombre se desplazaba a trabajar como pintor. De las
investigaciones realizadas por Interpol se llegó a la conclusión de que el
captor del joven estaba relacionado con una secta –no citada-, pero
no se pudo llegar a concretar la implicación del grupo en la desaparición del
pequeño. El autor de los hechos no llegó a ser identificado.
Este hecho nos recuerda por la similitud de alguno de sus aspectos a
otro muy conocido, que sucedió por la misma época. El caso del “niño pintor”.
Considerado por la propia Interpol como uno de los casos más extraños sucedidos
en toda Europa. Una desaparición limpia, sin testigos, sin un solo rastro del
pequeño.
Si el menor de Sueca-Valencia desaparece con 12 años
de edad en marzo de 1986, sólo un año después, a principios de abril de 1.987,
un joven de 13 años de edad, desaparece en Málaga capital, cuándo se disponía a
acudir a un centro dónde recibía estudios
de pintura. Antes tenía previsto pasar por una galería de arte, dónde
exponían una obra suya –una copia de la cabeza del sevillano Cristo de la buena
muerte-. Al parecer el pequeño era un auténtico niño prodigio, y tenía un
brillante futuro en las artes plásticas. Nunca llegó ni a la academia ni a la
galería de arte. Se esfumó. Nada hacía presagiar una marcha voluntaria, sino
todo lo contrario. Era un niño muy formal y regular. Del colegio a casa, y de
la casa a la academia de pintura: “…Él no iba a jugar a la calle
porque no le gustaba. Sólo estaba con su hermano, siempre pintando… aseguraba
la famillia del joven…”
Se barajaron
distintas hipótesis, entre ellas el secuestro por parte de una banda de
falsificadores de obras de arte debido al gran talento que mostraba el joven.
-La pista del extraño fotógrafo Suizo:
Entre los últimos retratos que había pintado el joven había
el de un hombre al que nadie reconocía. Hasta que una nueva pista fue
hallada en la Costa del Sol. Una camarera, durante la limpieza de un
alojamiento de un extranjero de 70 años, encontró una nota en la que se leía
«David Guerrero. Huelin».
A través de fotografías, se constató que el hombre, de nacionalidad suiza, había estado
hospedado en Málaga entre marzo
y abril de 1987. También sus rasgos físicos concordaban con los del último
dibujo de David. «Según la investigación,
es indudable que, de alguna manera y en algún momento el niño contactó con este
hombre», decía la crónica de la época.
Pero cuando la Policía intentó contactarle, el
hombre –acaudalado y de buena posición social- había fallecido apenas unos
meses atrás. Los agentes, no obstante, se desplazaron a Suiza para comprobar el
archivo fotográfico del hombre –una extraña colección de retratos que hacía a
la gente que paraba por la calle-. No hubo resultados. Fue la pista más fiable
que se encontró hasta la fecha.
En la próxima entrada del blog abordaremos otro de
los factores descritos por los especialistas en la materia como principal
destino de las adolescentes desaparecidas a finales de los años ochenta, y
principios de los noventa en España: La prostitución de menores. Un asunto con
mucha miga, y con alguna que otra extraña coincidencia.
1987 es el año de aquella oleada de asesinatos de chicas muy jóvenes en Cataluña:
ResponderEliminarAngustias Roldán Fernández (14 años. Desaparecida en Barcelona), Montserrat Ávila Jiménez (14 años. San Hilario Sacalm, Gerona), Carmen Alcalde Bejerano (16 años. Corsá, Gerona), Gemma Biosca Sentís (17 años. Tarragona), Silvia Cobos Ruano (17 años. Blanes, Gerona), Isabel Giráldez Moreno, (22 años. Barcelona)...
Muy interesante. Son años realmente "oscuros" en toda la vertiente mediterránea, incluyendo Baleares, de la que ya hablamos en alguna ocasión. Algún día abordaremos algunos casos en esta zona. Gracias por el aporte. Un saludo¡¡¡
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