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jueves, 20 de abril de 2017

Revisando el Caso Macastre (3). Los primeros hallazgos.



“En un círculo de 20 kms alrededor de Macastre en 10 años ha habido 23 desapariciones y han aparecido 18 cadáveres.” (La sexta. Más vale tarde/ tras la pista)


El hallazgo de los cadáveres:

El día 19 de enero de 1.989 –cuatro días después de haber sido vistos por última vez en la zona de Montroy-Catadau-  un pastor encuentra el cuerpo de uno de los tres componentes de la pandilla.  Rosario es hallada en el interior de una caseta, propiedad del autor del macabro hallazgo,  en medio de los montes de Cuerna (Fuente Cuerna) en la localidad de Macastre.



   En rojo: ubicación " Fuente Cuerna" -Macastre.

“…Una caseta junto a Fuente Cuerna, el lugar donde un pastor encontró el cadáver de una joven de 15 años. Fue el 19 de enero de 1989, hace ya 20 años. "Mi cuñado se levantó pronto esa mañana y salió al campo", relata Almendritas, vecina de Macastre, tras el postigo de su casa. "Él no quiere hablar de ese tema porque se pone muy nervioso. Ha tenido pesadillas y le sienta mal recordarlo. Está muy mayor". El pastor se dirigió a la caseta, un cobertizo en la zona de Cuerna junto a la carretera donde guardaba utensilios para el oficio. "Entró y vio a una chica en la cama que él tenía allí, le tocó con un pie y estaba muerta" (diario El País)

Entre el lugar dónde son vistos y el lugar del hallazgo media una distancia de más de treinta kilómetros. No existía transporte público en aquella época. ¿Cómo llegan hasta allí? ¿porqué aparecen en esta caseta tan alejada?. 
Alguien tuvo que trasladarlos.

  
La caseta tenía la cerradura forzada. El candado que cerraba la puerta, nunca apareció, sobre este particular ya hablamos anterioremente –parece tratarse de un «acto de precaución-» Se tomaron la molestia de hacer desaparecer este objeto de la escena dónde se produjo el hallazgo.





El cadáver de Rosario yacía apaciblemente tumbada en una cama, cómo dormida. No existe desorden en la caseta, todo está en su sitio. Los investigadores no encuentran nada anómalo. No hay evidencias de interés criminalístico*. La joven tiene la cabeza colocada sobre una almohada** y el pantalón vaquero tiene la cremallera bajada, dejando ver una parte del abdomen –como en el caso descrito de la chica de Beniferri-. Con aspecto de placidez, según lo describe el pastor que halló el cuerpo.

*Al igual que en el caso Alcásser observamos la presencia de una caseta de aperos de usos agrícolas, como escenario «supuesto» dónde se  desarrollan los sucesos trágicos. Sin embargo en las citadas casetas no fueron encontradas evidencias biológicas -lo que podría reforzar la idea de un posible «traslado de los cuerpos de las víctimas» desde otro lugar intermedio -la verdadera escena del crimen dónde se podrían haber desarrollado los hechos-. Escenarios finales posiblemente «preparados» o simulados, para facilitar el descubrimiento de los cuerpos.



Staging’ o escenificación /escenas simuladas o amañadas
“…El ‘staging’ o escenificación (escena simulada) se define como la organización de la escena del crimen por parte del autor. Cuando un delincuente “dispone” el escenario del crimen a su voluntad, puede deberse a dos motivos principales: que quiera desorientar a los investigadores, obstaculizando su tarea, o que quiera conmocionar a la persona que se encuentre el cuerpo de la víctima y a los investigadores del delito… Las ‘banderas rojas’ o inconsistencias también pueden hallarse a nivel forense. Cuando los resultados de la autopsia no encajan en el crimen, se puede estar ante un caso de escenario simulado…”

“el objetivo fundamental por el que un perpetrador simula una escena del delito es el de dirigir las investigaciones policiales lejos de su identificación” (Manual de investigación psicologica del delito)


¿Podría ser la caseta de Macastre un escenario “simulado” y no corresponderse con el verdadero escenario donde se suceden los hechos?. Es una posibilidad a tener en cuenta en base a la falta de indicios criminalísticos, la especial “colocación de la víctima”, y el forzamiento de la entrada. La aparición del segundo cuerpo, como veremos más adelante, no hará sino aumentar esta percepción –los cuerpos fueron depositados allí de forma sucesiva, tras ser trasladados desde otro lugar distinto-.



Respecto a la especial “colocación o disposición”, que presenta el cadáver de Rosario, nos surgen algunas preguntas:

La víctima falleció en esa posición tan "ordenada", situada o "colocada" sobre la cama con tal alineamiento, que parecía apaciblemente dormida –como es descrita por el pastor- o ¿Pudo ser colocada por terceros en esa posición tan incomprensiblemente "perfecta" -boca arriba, la cabeza sobre un almohada, y los brazos pegados al cuerpo-?. Aparentemente esa preparación o escenificación, atendería -o pretendería aparentar-  una muerte no violenta. Pero no era para nada normal que una adolescente de tan corta edad, falleciera por “causas naturales”. Sobre este peculiar forma de posicionamiento del cadáver, existe bibliografía de psicología criminal, que puede aportar datos de mucho interés sobre este aspecto, relativos a los actos de remordimiento del criminal o “undoing”. Datos muy relevadores:





** La posición de la víctima
La posición en la que se encuentra la víctima también tiene que ser tomada en especial consideración. El agresor tiene dos motivos principales para modificar el estado de la víctima en el lugar de los hechos.
El primero es porque se siente culpable de sus hechos. Es lo que se conoce como ‘undoing’ y se trata de una conducta de remordimiento que lleva al criminal a tratar de ‘deshacer’ su delito lavando el cadáver, colocándole bien la ropa, situándolo en la cama con la almohada bajo la cabeza o rodeándolo de sus objetos más preciados. En muchas ocasiones, estas conductas delatan que víctima y agresor tenían una relación previa.

El segundo motivo se referiría a actos hostiles o de despojamiento –no es el caso-.

El undoing: un ejemplo muy ilustrativo:

El siguiente caso ejemplifica una “reparación”: un hijo apuñaló a su madre hasta matarla durante una tremenda discusión.


La cubrió con una manta y plegó sus manos encima de su pecho para que pareciese que estaba durmiendo plácidamente. El demostró su arrepentimiento, tratando de anular emocionalmente el asesinato. Otras formas de “reparación” incluyen, un ofensor que baña, limpia el cuerpo, cubre el rostro de la víctima, o cubre totalmente el cuerpo con algo.


Sobre este mismo aspecto ya hablamos al estudiar el Caso Alcásser, especialmente refiriéndonos al “curioso” e “inusual” acto de vestir al cadáver o colocar bien la ropa. En el caso de Rosario, el pantalón se encuentra con la cremallera abierta, pero la ropa interior se encuentra manchada y en los genitales se descubren restos de una materia desconocida que por algún “medio” indeterminado han sido depositados en esos órganos (cómo veremos más adelante, en el apartado de la autopsia, estos restos desconocidos, no parecen tener origen en la propia víctima). 
Es decir, podría haber existido una manipulación “previa” del cuerpo –desnudo o en ropa interior-  con las citadas sustancias que evidenciarían algún tipo de connotación sexual o ritual sobre el citado cuerpo. La pregunta es ¿pudo ser vestida de nuevo Rosario después de fallecer? Y respecto a la cremallera ¿porqué aparece abierta y dejando ver parte del abdomen ?, siempre se barajó la posibilidad de que la joven se sintiera indispuesta y se desabrochara el pantalón por sí misma. Cabría otra opción, que en ese acto de vestir de nuevo su cuerpo post-mortem–con intervención de terceros-, estos se encontraran con demasiadas dificultades a la hora de subir o cerrar la cremallera completamente, debido al tipo de prenda, y  a los cambios de naturaleza físico-química que tienen lugar una vez se ha producido el fallecimiento – rigidez, como detalla la autopsia “que ya se había resuelto en el cuello y en los miembros superiores, pero que se mantenía todavía en los inferiores…”.-. Respecto a la prenda en cuestión, según el sumario la joven llevaba puesto un pantalón muy ceñido: “… pantalón vaquero negro muy ceñido…”


A su alrededor también aparecen sus enseres u objetos de valorno son sustraídos al igual que en el caso Alcásser-. Lo más llamativo -si medió la intervención de terceros en la colocación del cuerpo- podría ser ese “conocimiento previo” entre la víctima y su agresor-es. Se conocían, parece querernos decir con este tipo de actos el agresor-es, por eso “colocan” a la víctima en una posición apacible, vestida –postmortem- y bien colocada sobre la almohada de la cama, como amortajada – en una acción típica de la conducta de remordimiento-. Actos claramente “diferenciadores” y “exclusivos” , por lo tanto de gran interés criminalístico. Podrían ser indicadores valiosos de la “firma” –actos inconscientes- que no son necesarios para perpetrar la secuencia del acto criminal, y que describen esa parte psicológica, introspectiva u oculta que los asesinos seriales plasman en sus crímenes, sin pretenderlo.


Según los insvestigadores el cuerpo de Rosario, tenía la cabeza apoyada en una almohada, y el cadáver se encuentra en la posición decúbito supino, con la cabeza ligeramente inclinada hacia la izquierda. No existía desorden, ni datos de interés criminalístico. Salvo la tienda de campaña, la cual aparece en el interior de la caseta, intacta. No estaba abierta. 
Si iban a pernoctar en casetas, y tenían garantizado “un techo”,  para qué llevaban entonces una tienda de campaña. Lo más idóneo sería llevar sacos de dormir, utensilios para cocinar, etc. La época del año –invierno- además no invitaba a pernoctar en una tienda de campaña.

Junto al cuerpo de la joven se encuentran sus enseres o pertenencias:  dos pulseras con dos inscripciones. Ambas contienen datos de dos individuos desconocidos.
Al levantar el cadáver caen dos notas, una con un teléfono –de la persona para la que trabajaba la joven como canguro- y otra con el número de teléfono de la madre de Valeriano. También aparece una alianza con una inscripción y una fecha.
Dado que la joven, estaba indocumentada –es este, otro dato muy curioso, tres jóvenes menores de edad “errantes” deambulando sin el documento nacional de identidad se arriesgaban a ser trasladados a un cuartel para su identificación, ya que en esa época era obligatorio portarlo, (de hecho en el caso de las niñas de Alcásser, parece que sí
iban documentadas, -llama la atención que una de ellas llevara incluso el pasaporte-: 

 “…EN ALZIRA A DOS DE FEBRERO DE MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y TRES
Ante S.Sª asistido de mi el Secretario comparece el Guardia Civil, adscrito a la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil, con carnet nº 20.XXX, y en este acto hace entrega al Juzgado de los siguientes efectos:
Tres bolsas de efectos personales de las fallecidas.
El D.N.I. de las fallecidas Antonia y Maria Deseada y el pasaporte de la fallecida Miriam…"
  
(Sobre este aspecto hay algunas discrepancias porque estos documentos identificativos no figuran en las reseñas de objetos hallados a las tres niñas -aunque en este caso existen también objetos no reseñados, otros que han desaparecido, e incluso mal descritos). Además estos documentos de identidad son entregados al juzgado junto a otras pruebas halladas, y los efectos personales de estas)

Volviendo al caso que nos ocupa, el caso Macastre, el cuerpo de Rosario aparentemente no presentaba signos de violencia.
Los investigadores, pensaron que había fallecida de forma natural o como consecuencia de una sobredosis de alguna sustancia. En un primer momento los investigadores desconocían que la joven pudiera ir acompañada. Tampoco había denuncias de desaparición de los otros dos jóvenes –acostumbraban a estar largos periodos fuera de sus hogares, por lo que era “normal” que no los echaran en falta-. Por si fuera poco nadie parece reconocer a la víctima en la zona de Macastre dónde se realizaron pequisas para averiguar la identidad del cadáver –algo normal ya que los tres jóvenes parecían moverse principalmente en la localidad de Catadau como hemos visto- . Nadie, salvo una vecina, próxima al lugar dónde son hallados, que sí los recordará, como veremos más tarde.

Los investigadores tardan casi dos días en identificar a la víctima. Es entonces cuándo se tiene constancia de que la niña no iba sóla.
Pero al parecer no se hicieron demasiadas gestiones para localizar al resto de los compañeros. Algo realmente llamativo, tratándose de menores de edad. Además existían elementos “inquietantes” en el lugar del hallazgo: un candado roto, que no aparecía, y que evidenciaba dos posibilidades:

-la joven había buscado refugio en la caseta, y había roto el candado para acceder a esta.
-Los autores de los hechos –pisadas de cuatro personas distintas con números de botas pertenecientes a personas “adultas”-  tras forzar el candado de la caseta, acceden al interior con la joven, y dejan el cuerpo sobre la cama perfectamente “colocado”.




La autopsia de Rosario:

Detecta algunos aspectos anómalos y que llaman la atención de los forenses:
-La presencia de sangre en la ropa interior a la altura de los orificios vaginales y anales. No existían lesiones en el aparato digestivo, que justificaran esos sangrados. Los médicos forenses, aseveran en el informe que “les llama la atención” la aparición de ese
líquido sanguinoliento en la mucosa vaginal dónde aparentemente no existían lesiones. Rarísimo también.  ¿Cómo había llegado la sangre allí entonces, sino existía sangrado interno, ni había lesiones en los órganos que justificasen su presencia?. Algo no cuadraba.  En la ampolla rectal además se detecta abundante líquido blanquecino similar al semen.

El liquido blanco se analiza en el Toxicológico de Valencia y en Madrid.
En primera instancia –Toxicología-Valencia- parece que detecta que la sustancia es compatible con semen, pero la sorpresa salta  en el Toxicológico de Madrid dónde se descarta que la muestra se trate de semen. El caso es que  tampoco aclara qué era ese líquido blanquecino. Extrañísimo. ¿Cómo puede haber esta divergencia entre ambos Institutos?. ¿Se degradó la muestra durante el envío a Madrid? ¿Qué ocurrió entonces?

Respecto a la presencia de semen en agresiones sexuales, según la bibliografía existente se detallan algunos aspectos de interés:

“..En los casos de agresión sexual, no siempre se encuentra semen, puede ser debido a una eyaculación fallida, azoospermia, o incluso al uso de un preservativo.
-Pueden recogerse espermatozoides de un cadáver durante varios días después de la muerte –caso de Rosario-, o al menos hasta que se encuentre en avanzado estado de descomposición…” Manual de Patología Forense







Si los restos biológicos no pertenecían a la víctima o lo que es lo mismo, no provenían del interior de su organismo, existía la posibilidad de que pertenecieran a terceros, o que este tipo de restos «indeterminados o desconocidos» hubiesen sido colocados o dispuestos, impregnando los órganos sexuales de la joven. Pero ¿Porqué y para qué?.

En este caso se apuntó directamente al consumo de una planta visionaria «el beleño» (utilizada en rituales de brujería desde tiempos inmemoriales)

"...Cuando se estudia la historia de las ciencias, especialmente sus puntos de contacto con la brujería y con la magia, hay que comprender que el uso de sustancias vegetales, minerales o animales combinadas entre sí en algunas de sus partes a menudo eran más molestas que inofensivas; ejercían un papel muy importante sobre los órganos de las personas que se creían embrujadas, la imaginación y el ánimo de los que están influenciados por esta planta del beleño parecen ser transportados a otro mundo, experimentan sentimientos particulares en su cerebro, los músculos faciales se contraen, todo en ellos describe una situación de terror, sin embargo hay algunos que despiertan bruscamente y huyen lanzando gruñidos, jadeando y se encierran presos del miedo, la influencia del enervamiento los lleva a la situación de sueños fantásticos debido a la absorción de los filtros mágicos..."






"...Los magos se servían de la infusión de los granos del beleño, los usaban principalmente para procurar locura momentánea..."

De hecho el beleño no sólo era sólo consumido por vía interna, inguiriéndolo o inhalándolo para obtener estados de euforía y alucinación durante el transcurso de los rituales esotéricos.

"...Respecto a sus aplicaciones mágicas, las hojas se usaban para preparar tés o decocciones. Las bayas, en forma de cápsulas con numerosas semillas en su interior, se utilizaban en rituales en los que se aspiraba el vapor que producen al quemarse.
Según la leyenda, el beleño crecía en los lugares donde caía el semen a veces eyaculado por los ahorcados (durante las últimas convulsiones antes de la muerte o por erección)..."

Precisamente este tipo de plantas visionarias eran también utilizados como emplasto en rituales de brujería, untando o impregnando los órganos genitales.

Los datos que manejan los historiadores revelan que las brujas untaban el jugo del estramonio, la mandrágora y la belladona en un palo o directamente en la vagina, lo que les llevaba a creer que volaban subidas a una escoba y les provocaba alucinaciones y orgasmos.

O utilizando esta pócima para generar un desenlace totalmente distinto: la confesión de actos de brujería:

El ungüento de Beleño está reconocido como el arma que se utilizaba a la hora de conseguir que las mujeres se declarasen culpables de brujería, se les ponía en axilas, bajo vientre, recto, etc. y ellas confesaban tras vivir la experiencia que les provocaba la droga.




De hecho existe constancia de «hechos con connotaciones esotéricas muy similares» en otros casos criminales de la época. El caso de la joven Ana María J.C. desaparecida en Huelva en febrero del año 1991 y hallada dos meses después horriblemente asesinada, pudo tener como transfondo un extraño acto ritual –según la carta de un arrepentido que falleció poco tiempo después, apodado “El brujo” en la que se autoinculpa -aunque también habla de un grupo de gente, a los que no delata-. En la misiva se cita también la existencia de una pócima que es introducida en los órganos genitales. “…Impregnaron el cadáver con una sustancia y «por el culo le metí en la ceremonia hierbas impregnadas en una "pocinga" de sangre de un gato negro», dijo Barrera.
En su informe ante la Sala, los médicos forenses mostraron su extrañeza por el tamaño y características de las manchas de sangre («llama la atención el tamaño de la mancha -4 cmts-, es demasiado para una gota que se desprende y va goteando»). Los peritos dieron por sentado y por descontado que se trataba de sangre humana y no la analizaron…”.

Nunca se supo cómo llegaron esas sustancias –la sangre y el "abundante" líquido blanquecino “desconocido”-  a los órganos genitales de Rosario. Ni el cómo, ni el porqué, ni el para qué. 







Otros hallazgos de interés médico legal en el cuerpo de Rosario:

También se detecta la denominada “mancha verde” en el cuerpo de la joven Rosario. Lo curioso es que se describe que esta aparece en un lugar anómalo –en el pecho, cuello y hombro- y no como cabría esperar, en el abdomen.
Esa anomalía en la distribución de la mancha verde, es compatible con una muerte por sumersión y abre otro tipo de hipótesis.




  “…El periodo colorativo o cromático se inicia con la mancha verde que se localiza en la fosa ilíaca derecha extendiéndose después a todo el cuerpo, este periodo se inicia 24-36 horas después de la muerte. (a las 14 hs del fallecimiento en tiempo caluroso, en torno a las 48 hs del fallecimiento en condiciones normales y a los 12 días en las condiciones de tiempo frío). No siempre la mancha verde comienza en la fosa ilíaca derecha, en ocasiones puede empezar en otros lugares, así en las muertes por sumersión empieza en pecho y cuello”   Manual de Criminalística y CCForenses-.










Según la autopsia, Rosario había muerto tres días antes por parada cardiorrespiratoria.

Se apuntó a algún tipo de asfixia como causa de la muerte, pero finalmente la causa que provocó el óbito de la joven no se  logró determinar. Asfixia no mecánica  producida supuestamente por algún tóxico “desconocido” -se habló de intoxicación por monóxido de carbono posiblemente por el uso del benzol o disolventes-


Determinar este tipo de muertes es sumamente complicado:
(Extraído de una tesis doctoral de la Universidad de Valencia):

El diagnóstico de asfixia como causa de muerte, sigue siendo hoy día uno de los problemas más complejos de la patología forense.
Clásicamente se han establecido dos grandes grupos las denominadas “asfixias mecánicas” y “no mecánicas“. Las “mecánicas” incluyen todas aquellas situaciones en las que existe un impedimento puramente “físico” al paso del aire (presencia de objetos o material extraño en vías respiratorias, compresión extrínseca del cuello, etc.) y las “no mecánicas” o sutiles (2) serian todas aquellas en que se interrumpe el intercambio del oxígeno por otros medios.

Entre estas hay algunas de especial interés criminalístico:
SOFOCACIÓN POR BOLSA DE PLÁSTICO Se produce tras introducir la cabeza por completo en una bolsa de material no transpirable (generalmente de plástico), pudiendo quedar ésta ajustada al cuello o abierta y existiendo o no otros factores aceleradores o coadyuvantes del proceso de muerte (gases, tóxicos, compresión cervical) (12).
¿Y este tipo de asfixia a qué tipo pertenece?
Respecto a su fisiopatología hay controversia (13) puesto que habitualmente se incluye entre las sofocaciones producidas por oclusión de orificios respiratorios (10) pero también cabe la posibilidad de que el mecanismo letal consista en la carencia de oxígeno por agotamiento de aire respirable (14) (13) (6). Incluso por un mecanismo inhibitorio (15) debido a la estimulación del sistema nervioso simpático que termina en una arritmia fatal (11).






La causa probable de la muerte de la joven fue una parada cardiorespiratoria/asfixia no mécanica.
Siguiendo sobre la pista de este tipo de sofocación por bolsa de plástico, podríamos preguntarnos: ¿A qué etiología se corresponde?:
Su etiología puede ser suicida, accidental u homicida (16). Como método suicida es poco frecuente en nuestro entorno (aunque al parecer ha sufrido últimamente un repunte)
Lo realmente interesante, sin embargo está en otros grupos de edad:
En adolescentes jóvenes se puede producir por inhalación de disolventes ("sniffers") y en adultos en el curso de prácticas autoeróticas.* Las muertes homicidas son poco comunes y acontecen en grupos extremos de edad o en situación de indefensión.


*Este tipo de prácticas nos lleva a otro submundo: Concretamente nos referimos a una práctica que suele formar parte dentro del BDSM (Bondage, Dominación/sumisión y Sadomasoquismo). La asfixia erótica, también conocida como hipoxifilia:  es la práctica sexual que consiste en interrumpir, en obstruir durante unos minutos la respiración mientras se practica la masturbación o el acto sexual, para potenciar las sensaciones durante el orgasmo. Esta práctica implica que quien la realiza, se ate un pañuelo, cordón, cuerda, etc... al cuello. Incluso hay quien realiza la asfixia con bolsas plásticas, el uso de gas o disolventes, o ejerciendo comprensión en el pecho.


Existen casos similares como ya hemos apuntado: el de la joven hallada en el campo de naranjas de Picassent con una naranja en la boca**, muerte en muy extrañas circunstancias por asfixia no mecánicas atribuidas a tóxicos –aunque finalmente quedó descartada esta hipótesis-. En el caso de Alfaz del Pi, fallecimiento de una mujer joven durante un extraño ritual en un chalet, también se produce una situación parecida –parada cardiorespiratoria-.


**Relativo al tema de la naranja, ya hablamos en otra ocasión de la extraña muerte de un importante político inglés en un extraño juego de BDSM.
En el año 1994 un diputado conservador británico, fue hallado muerto en extrañas circunstancias:
“…los policías de Scotland Yard el lunes 7 de febrero encontraron  el cuerpo sin vida de un hombre, tirado en el piso de la cocina de su apartamento, vestido únicamente con unas medias de mujer y unas ligas, y con la cabeza metida en una bolsa de plástico, un cable enrollado en el cuello y una naranja en la boca... La sorpresa se tornó en estupor cuando identificaron el cadáver. Se trataba de Stephen M, de 45 años, uno de los más brillantes congresistas conservadores. Era graduado en Oxford, ex editor de The Economist y editor internacional de The Sunday Times. Además, su reciente postulación como secretario privado del Ministro de Defensa lo había puesto a un paso de ser ministro.
Antes de la autopsia la Policía dijo que no se podía establecer si había sido un suicidio, un asesinato o un accidente durante el acto sexual con o sin compañía.
En un principio se especuló que la naranja contenía nitrato de amilo, sustancia que produce un alto grado de estimulación. Pero las autoridades no encontraron rastro del fármaco.
Finalmente la muerte se atribuyó a un accidentado juego erótico



En la caseta no son hallados restos de disolventes -benzol, o bolsas para inhalarlo-.


El cadáver de Rosario estaba sucio o falto de higiene. Especialmente los pies. Podía ser indicador del tipo de vida ambulante que llevaban, o indicar algún otro tipo de actividad sexual o criminal sobre el terreno con la víctima desnuda antes de su fallecimiento–lo que entraría de lleno en la posibilidad antes apuntada de vestir a la víctima postmortem-. De hecho a pesar de esa suciedad en los pies,  la joven aparece completamente vestida también en esta parte del cuerpo: “…llevaba unas zapatillas deportivas y dos pares de calcetines finos en cada pie…”


El pie seccionado hallado en la calle Alcácer pocos meses después,  curiosamente también estaba sucio, tenía tierra. De color rojiza. Algo muy  llamativo, cómo ya hemos apuntado en otras ocasiones.





También las livideces rosadas, que presentaba el cuerpo de Rosario llaman poderosamente la atención de los forenses debido a que su coloración es “anormal” –el color normal de las livideces es azul violáceo-
Entre las causas que provocan este tipo de livideces más claras, están las siguientes:
-Monóxido de carbono: color: rosa, rojo cereza. Mecanismo: Carboxihemoglobina.
-Cianhídrico: color: rosa, rojo cereza. Mecanismo: sangre oxigenada debido a la inhibición de la citocromo oxidasa.
-Fluoroacetato: color: rosa,  rojo cereza. Mecanismo: igual que el anterior.
-Refrigeración/hipotermia: rosa, rojo cereza. Mecanismo: retención del oxígeno en sangre a nivel de piel debido al aire frío.

Las livideces de color rosado se pueden ver en cadáveres recuperados del agua, o que han fallecido y tienen los vestidos mojados o húmedos durante largo tiempo.  (Manual de Criminalística y CCForenses)

En las asfixias, las livideces son de un color rojo oscuro, excepto en la sumersión, en que tienen una tonalidad rojo claro.  Son también más claras en los individuos que han tenido pérdidas sanguíneas antes de la muerte.



De hecho estas dos posibilidades son llamativas porque también nos recuerda a algunos pasajes del caso Alcásser. El profesor Frontela –catedrático forense- se refiere a la completa ausencia de livideces en las tres niñas de Alcásser motivadas por dos posibles causas:

“…Frontela contraatacó con un nuevo argumento: el de la ausencia de livideces (manchas violáceas del contacto del cuerpo con una superficie) en los cadáveres. Así, sugirió que esta circunstancia sería explicable si hubieran sufrido una fuerte hemorragia o sus cuerpos hubiesen estado sumergidos en el agua, pero no dispone de ningún dato que lo avale…” (Diario El País)


Pérdidas sanguíneas o sumersión. La sumersión vuelve a aparecer como posible candidata –mancha verde-, pero tendría que tratarse de una sumersión muy parcial, debido a que el cuerpo no presentaba otros signos propios de una sumersión completa –maceración de la piel, hongo de espuma, lesiones contusas, etc).

“Por los orificios nasales se veía líquido sanguinolento…Por otros orificios naturales, boca, vagina y ano, existía también dicho líquido sanguinolento.
 Los pulmones se hayan ligeramente congestivos, con una coloración rojizo-rosácea.


Relativo a la sumersión en agua dulce, algo que puede parecer inusual en estos casos criminales, es conveniente recordar en este punto la existencia de varios hallazgos de cadáveres de mujeres en la provincia de Valencia en ese mismo medio –agua dulce-, concretamente localizados en los denominados “azudes” o acequias. Entre ellas la de la una joven vecina de Alcásser en la localidad de Sumarcárcer –próximo a Tous-, que aparece con las manos maniatadas en 1997, en el azud del río Júcar. Cinco años después otra mujer joven vecina de Sumarcárcer, aparece en la misma zona, también en una acequia maniatada y con una “bolsa en la cabeza”.


Todo lo más que podemos plantear son hipótesis o conjeturas. Sin duda, sería de gran interés la opinión de un forense con experiencia sobre este asunto, para poder extraer alguna conclusión más certera.

De hecho todas las hipótesis oficiales apuntaban en un principio a una sobredosis de drogas o un accidente provocado por el consumo de estas–por ser policonsumidores-, pero la realidad era muy distinta.

Legalmente todo quedó en un “limbo”, no se pudo determinar la causa de la muerte. La joven no había consumido ningún tipo de droga. No había rastro de tóxicos. No había tampoco rastros de venopunción en el cuerpo. En la caseta tampoco había ningún resto que indicara la existencia de algún consumo de este tipo de estupefacientes –envases, o restos propios de la inhalación de estas sustancias-. De hecho este tipo de sustancias –benzol, disolventes- tienen tres formas de consumo: esnifándolas, calentándolas, o poniendo directamente el producto en un recipiente.





 Si todo esto se debió a una “fiesta” que se fue de las manos, como es sostenido por muchos, ¿dónde están los restos de esa “fiesta”?. Tuvieron que ser “limpiados” por terceros, porque no aparecen en la caseta o la "fiesta" se produjo en otro lugar distinto. Pero lo más importante, es que en el cuerpo de la joven no parece haber rastro de ese consumo de tóxicos.
 Algo más tuvo que suceder.

Todo parecía apuntar a una muerte no violenta, pero si recapitulamos tenemos demasiadas incógnitas por resolver:  el tema del candado que no aparece –cerradura forzada-, la juventud de la víctima y la presencia de huellas de calzado de cuatro personas distintas a los tres jóvenes en el exterior de la caseta –son del número 43 y 44, por lo que es de suponer que pertenecen a personas adultas o de cierta envergadura-. Si a esto le sumamos las anomalías detectadas durante la autopsia, parece como si algo no "cuadrase" en esta investigación. También cabe la posibilidad de que algún tóxico no fuese detectado debido a sus especiales características.

De hecho plantas como el beleño tienen entre sus componentes una sustancia prácticamente indetectable y que por desgracia está tristemente de actualidad por sus usos relacionados con la criminalidad sexual: La escopolamina que actúa como depresor de las terminaciones nerviosas y del cerebro. (En la literatura científica, a la burundanga se la conoce también como hioscina, que proviene del nombre científico del beleño, Hyoscyamus niger, también conocido como hierba loca.)
 “…Se conoce como burundanga a distintos preparados que pueden obtenerse apartir de plantas de la familia de las solanáceas como el beleño…”







Segundo hallazgo. El cadáver de Valeriano.


El 6 de abril de 1989 –dos meses y medio después-, encuentran el cuerpo de Valeriano, unos hombres que buscan espárragos por la zona.
El cadáver es hallado a unos 400 metros de la caseta dónde apareció Rosario. ¿Porqué no se descubrió antes?. La zona fue ampliamente batida. La Guardia Civil en el momento que se identifica a Rosario, sabe perfectamente que la joven no iba sóla. Le acompañaban otros dos jóvenes –Valeriano y Pilar- que tampoco aparecen.

“…Los amigos del trío cuentan a los agentes que otras veces habían ido a una casa abandonada de ese pueblo –refiriéndose a Catadau- y otros testimonios sitúan a los jóvenes bailando en una discoteca de esa zona-Montroy-. Así que la Guardia Civil empieza a rastrear en los alrededores de la caseta de Macastre en busca de lo que, ya en esos momentos, parece inevitable: encontrar los cuerpos de Francisco y Pilar, o al menos uno de ellos..." (diario "El País")



¿Cómo es posible que no apareciera el cuerpo de Valeriano? –que se encontraba a tan sólo unos pocos cientos de metros de la caseta-. 
Dos menores de edad desaparecidos; lo normal en estos casos es realizar una búsqueda perimetral con distintos grupos partiendo de la caseta en todas direcciones.

¿ Pudo ser trasladado por terceros desde otro lugar, para depositarlo en el lugar dónde fue hallado, una vez transcurrieron semanas, y se disiparon los equipos de búsqueda, o los esfuerzos por encontrarlos? Parece la opción más lógica.

En el caso de Valeriano se mantienen las mismas hipótesis que se barajaron en el caso de su compañera –Rosario-, posible causa del fallecimiento: cóctel de drogas fatal.

El cuerpo de Valeriano, tiene la cabeza dirigida hacia la caseta. Sin embargo se descarta que el cuerpo cayese en la huida, como también se llegó a especular. El cadáver estaba tumbado encima de un plástico*, boca abajo, con los brazos –uno mirando hacia arriba y otro hacia abajo-, en otras informaciones  se cita “en cruz”. 

*En Valencia existen más casos criminales dónde los plásticos están presentes junto a los cadáveres en el momento del levantamiento. El caso Alcásser, o el empresario hallado en el barranco de Picassent, etc.

Dos días después del levantamiento del cadáver, encuentran a cuatro metros de distancia del lugar dónde estaba el cuerpo un pico .Adherido al pico, hay varios fragmentos de pelo –tres- de color pelirrojo. Al parecer de origen animal. (también en el caso Alcásser se encuentran pelos de origen “animal” con atípicas “coloraciones”)


El cuerpo de Valeriano llevaba “supuestamente” 85 días a la intemperie, pero incomprensiblemente, no había fauna cadavérica en el cadáver. Ningún tipo de insecto en un cuerpo expuesto al aire libre, es decir expuesto a la acción de la naturaleza y el clima…algo realmente sorprendente. Además el cuerpo de Valeriano al parecer, no estaba tan descompuesto como cabría esperar –otra anomalía que podría indicar claramente que el cadáver no estuvo  durante todo ese largo periodo de tiempo -casi tres meses- al aire libre;  lo que unido a la incomprensible tardanza en su hallazgo, estando a tan escasa distancia de la caseta, podría ser un indicador de que el cuerpo fue trasladado desde otra ubicación-.






Los forenses, de nuevo no logran determinar la causa del fallecimiento.  Lo que no hace más que añadir un montón de incógnitas a todo este asunto. Incomprensible, que tratándose de dos menores, fallecidos en «extrañas» circunstancias no se hubiese profundizado más en este asunto desde la perspectiva judicial, policial y médico legal. Desde la propia instrucción, cuya misión es investigar el cómo y el porqué estos dos menores aparecen en estas condiciones. Más incomprensible es todavía que existiendo tal proliferación de casos en toda la zona**, no se hubiese tenido en cuenta otras variables:  la posibilidad de una autoría común o serial de los hechos, o la implicación de algún grupo medianamente organizado en la misteriosa desaparición y muerte de estos jóvenes.

**Misma ubicación geográfica, mismo patrón o modus operandi: traslado de los cuerpos desde otra posible ubicación cercana a escenarios rurales, casetas, campos de naranjos, acequias, o fosas en lugares inhóspitos o mínimamente transitados. Jóvenes con un mismo perfil victimológico -adolescentes del mismo rango de edad- o mujeres jóvenes fallecidas en extrañas circunstancias o con evidencias criminales.

Si a esto sumamos que el cuerpo presentaba un boquete enorme en la zona del hombro, que comunica las cavidades interiores del cuerpo con el exterior. También le falta una de las manos, ha desaparecido, al igual que algunas vértebras de la columna. Algo que no se aclara en la autopsia –qué vértebras faltan-  Y en la otra mano, faltan parte de los dedos o falanges. Elementos que son muy similares al triple crimen de Alcasser, cuya fosa se ubica en esas montañas valencianas, a tan sólo unas decenas de kilómetros del lugar del hallazgo de Rosario y Valeriano.

Parecía que no existían testigos, que situaran a Rosario en este punto concreto de la montaña de Macastre, pero alguien que poseía una casa de campo cercana a la caseta dónde se realiza el macabro hallazgo, estaba en disposición de aportar algún dato de mucho interés.
Al parecer esta testigo, declaró haber visto a los jóvenes en varias ocasiones en una caseta cercana, propiedad del mismo hombre que fue visto por última vez con las jóvenes en un bar de Catadau. Este dato –que parece obrar en el sumario, según alguna de las personas que han tenido acceso a él- vendría a confirmar que la presencia de las víctimas, en la misma zona de Fuente Cuerna dónde aparecen muertas en extrañas circunstancias, no era “casual” o anecdótica, y que acudieron allí en varias ocasiones antes del fatal desenlace, por alguna razón desconocida. Un dato, sin duda, muy revelador.




En la siguiente entrada del blog, hablaremos sobre otra serie de hallazgos muy interesantes, que complementan al denominado “Caso Macastre”. A esto se suma la incógnita sobre el paradero de la tercera componente de la pandilla -Pilar-. Un caso ya de por sí sumamente complejo, que como veremos no hace más que complicarse, a medida que se van sucediendo nuevos y misteriosos hallazgos.